MEGAGUÍA: Crea tu marca de escritora

qué es la marca personal

La lista de cosas que tienes que hacer siendo escritora es inhumana, ¿verdad? ¿Y qué hay de los conocimientos que has de tener sobre cosas de las que no habías oído hablar hasta que dijiste que querías ser escritora profesional? Estoy segura de que en alguna u otra ocasión te has agobiado al pensar en ello. Porque, al fin y al cabo, lo que tú quieres es escribir.

Es un fastidio, lo sé. Yo misma me he agobiado y frustrado tantas veces con algunos de estos temas que he terminado tirando la toalla durante un tiempo. Pero regreso (siempre lo hago), porque escribir es más que un hobby y ser escritora es algo sin lo que no podría seguir viviendo.

Uno de esos temas sobre los que tienes que conocer y que puede que no te apasionen es la marca personal. A mí me resulta un tema apasionante, no te voy a mentir, pero entiendo que no sea así para todo el mundo. Hoy nos vamos a concentrar aquí en este tema y mi objetivo es que con un único artículo de blog salgas con las cosas más claras. Veremos qué es la marca personal, para qué la necesitas, qué engloba y cómo crear la tuya.

¿Estás lista? Hazte tu bebida caliente favorita y… ¡allá vamos!

 

Qué significa la marca personal

Tu marca personal es lo que te define como escritora. El conjunto de valores, tus objetivos y tu forma de comunicarte con tu lector (público objetivo).

Esa es la explicación corta y rápida.

La marca personal es un concepto en el que tú te considerarás una marca comercial que potenciar y diferenciar para destacar en el mercado y conseguir mayor éxito.

En realidad, todos tenemos y somos una marca personal, así que no debería de resultarte imposible crear la tuya. Tu marca personal es tu propuesta de valor única, lo que te diferencia de todos los demás. Para encontrar esa propuesta de valor solo tienes que analizar (y analizarte) para llegar a ella.

En tu caso, como escritora, tu objetivo será el de tener una marca personal coherente y profesional con la que destacar en el mercado, como ya dije más arriba.

Puede que lo primero que te venga a la mente cuando te hablo de marca personal sea que vas a necesitar un logotipo. Pero, antes de pensar siquiera en esta parte del trabajo, siéntate con lápiz, papel y algo de tiempo.

Define tus objetivos, tu público objetivo y tu mensaje y tono antes de pensar siquiera en tu imagen corporativa.

 

1. Define tus objetivos

¿Cuáles son tus objetivos como marca? ¿Qué quieres conseguir y cuándo? ¿Hasta dónde quieres llegar?

Si no defines tus objetivos y les pones fecha, estarás yendo como perro sin cabeza. No sabrás por dónde tirar porque todo lo que se te ponga delante te parecerá una buena opción. Fijando tus objetivos podrás analizar mejor dónde moverte y cómo generar el contenido que quieras o cómo y dónde presentarte a tu audiencia.

Así que tómate un tiempo considerable para definir este punto. Tener tus objetivos claros no significa que tengas que conseguirlos sí o sí. A veces, cuando avanzas con tu marca y en tu trayectoria profesional, descubres que algunos objetivos ya no te resultan tan importantes como lo habían sido en un primer momento o que has evolucionado y ahora tu camino se torna algo diferente.

¡No pasa nada!

Los objetivos se pueden cambiar, ampliar o readaptar. A lo mejor no tienes que borrar el objetivo del todo, pero sí que necesite un reajuste.

Definiendo tus objetivos y poniéndoles fecha estarás dando el primer paso para construir una marca personal coherente y profesional.

 

2. Define tu público objetivo

Si no sabes a quien quieres hablarle, le hablarás a todo el mundo y puede que tu mensaje se pierda entre la marea.

Tener tus objetivos claros te ayudará a saber quién es tu público objetivo (o target, en inglés).

Dentro de este público objetivo podemos crear perfiles o avatares concretos sobre las personas a quien hablarás. Es lo que en marketing se le llama buyer persona.

Por favor, no me digas que tú eres escritora y le hablarás a tus lectores. Eso es muy genérico y no es lo que estamos buscando aquí.

Piensa en qué genero escribes, qué temas te gusta tratar, si vas a dirigirte solamente a lectoras o también a otras escritoras. Con estos datos ya podrás definir tu buyer persona. Crea todos los que te resulten necesarios. Si, por ejemplo, vas a comunicarte tanto con lectoras como con escritoras, puedes crear una persona para cada uno de los públicos objetivos.

  1. ¿Quién es? Perfil, información demográfica, trabajo, intereses, personalidad.
  2. ¿Qué quiere? Cuáles son sus objetivos, qué quiere conseguir y cómo puedes tú ayudarle.
  3. ¿Cómo vas a ayudar? De forma más concreta: con qué servicios solucionarás el problema de tu buyer persona.

 

No es necesario que te pases cinco horas definiendo estos perfiles, pero sí que los tengas bien vistos. Crea los perfiles poniéndoles fotos y convirtiéndolos en personas reales.

 

3. Define tu mensaje y tono

No le vas a hablar de la misma forma al alcalde de tu ciudad que a la prima de tu madre, ¿no? Para cada una de estas personas vas a utilizar un mensaje y un tono diferente porque, oye, estás hablando con dos personas que no tienen nada que ver.

Pues aquí igual. Define el mensaje que quieres comunicarle a tu público, cómo quieres hacerlo y cuál va a ser el tono.

¿Quieres educar, informar o inspirar? ¿Vas a comunicarte a través de imágenes, texto o video? ¿Quieres que tu tono sea experto, cercano, transparente? Toma las decisiones que te ayuden a hacer esta elección antes de seguir con lo demás.

Para esto, por suerte, te ayudará saber a quién le estás hablando (conocer a tu buyer persona).

 

¿Necesitas tener un logotipo?

Te veo los ojitos suplicantes. Ay, qué ganas tienes de que te conteste de forma contundente. O, mejor, de que te diga que sí para desatar a la diseñadora que llevas dentro.

Pero, ni esta pregunta se contesta tan fácil, ni la respuesta tiene por qué ser afirmativa.

Creo que antes de pagar una suma importante de dinero a una profesional o gastar incontables horas en diseñarlo tú misma, deberías de trabajar en tu marca personal. En lo que hemos visto hasta ahora, vamos. Con el tiempo, con la comunicación con tu audiencia y con un poco de perspectiva, verás cómo tu marca se va a adaptando. Tú te vas adaptando a lo que realmente quieres mostrar.

Cuando hayas hecho este proceso, entonces sí va siendo hora de trabajar un logotipo de escritora profesional.

Un logotipo no es solo una imagen bonita que utilizar y también lleva mucho trabajo detrás. Tendrás que analizar los colores, las tipografías y sus usos. Además, tendrá que estar en consonancia con tus valores y tu visión y deberá poder comunicarse directamente con tu audiencia.

En el artículo que te he enlazado más arriba tienes una guía completa sobre qué tener en cuenta a la hora de diseñar tu logotipo. Pero recuerda que lo más importante sigue siendo analizar.

Y, si crees que todavía no estás preparada para tener uno o tú no eres de las que quiere hacerlo por sí misma y todavía no has conseguido el dinero, entonces no te agobies. Hay escritoras que no tienen logotipos en años (incluso nunca) y no pasa nada.

No quiero venderte nada que no necesites y por eso te digo que, desde mi punto de vista, lo que más tienes que mostrar como escritora es tu cara bonita. Para que tu audiencia te reconozca y porque, además, esta es una forma estupenda de generar confianza.

 

La forma en la que te presentas sí cuenta

Imagínate que tienes una foto tuya súper pixelada en la que, para colmo, no se te ve la cara completa. Tu perfil de Instagram está compuesto por un batiburrillo de imágenes con diferentes colores y tipografías y ninguna casa con la otra. Y en tu página web no solo tienes todavía la coletilla de WordPress.com, sino que además tienes una musiquita de fondo desde que abres la página.

Yo no sé tú, pero a mí ya me está sudando el labio solo de pensarlo.

La forma en la que te presentas en la red (y en cualquier sitio, de hecho), conforma también tu marca personal. Todo lo que hagas dejará una huella y, si quieres presentarte como alguien profesional en su sector, tendrás que cuidar la forma en la que te muestras al mundo.

Estoy segura de que si has ido trabajando bien todo lo que hemos visto hasta ahora ya tienes una idea más clara sobre cómo quieres presentarte a tu audiencia. Y da igual que sea en tu web, en una red social o en persona. El lenguaje ha de ser coherente y claro con tu marca.

Algo que creo que no tengo que recordar, pero que igual lo hago, es que no armes barullo negativo en internet. Lo sé, a veces se presenta meterse en una discusión y sales mal parado. Todo sin querer. Pero recuerda que Internet nunca olvida y algo así se pegará a tu marca como una lapa y de por vida.

Yo soy de las que vive la creencia de que, si no tengo nada bueno que decir sobre algo o alguien, mejor no digo nada.

Por supuesto, esta también es tu decisión, pero decide bien antes de llevarte las manos a la cabeza.

que es la marca personal visibilidad

 

La visibilidad en internet

La visibilidad. La maldita y querida visibilidad.

Si conoces el término, pensarás en primer lugar en una red social. La que más uses, casi seguro.

En este caso, con visibilidad me refiero a ser visible en internet. Da igual cómo. Por supuesto, las redes sociales también cuentan.

Yo creo que la visibilidad es un arma de doble filo y desde hace tiempo ya no apuesto tanto por ella a nivel de redes sociales. En este ámbito prefiero quedarme en la calidad y no en la cantidad.

Pero, por supuesto, lo que tú quieres es ser visible. Que la gente te descubra y te conozca, que sienta curiosidad por ti, se identifiquen con lo que cuentas y, en el caso ideal, que compren y lean tus libros.

Entonces, recapitulemos.

Has trabajado en tu marca personal. Ahora has definido tus objetivos, tu público objetivo y tu mensaje y tono. Has trabajado en cómo te presentas a ese público. Y puede incluso que hayas trabajado en un logotipo profesional.

Entonces… ¿estás segura de que quieres quedarte a merced de las redes sociales?

Un día puede que llegues muy alto (a nivel de visibilidad o engagement), pero también puede que al siguiente te estampes contra el suelo. ¿De verdad quieres una visibilidad tan volátil?

¿Verdad que no?

Entonces, por favor, trabaja en tu casita virtual: tu página web.

 

Tener una página web de escritora

Qué viaje, amiga. Pero hemos llegado juntas hasta aquí. Hasta el ver si deberías o no tener tu página web.

A ver, esta pregunta para mí está más clara que el agua. ¿Deberías tener una web de escritora?

Sí.

Al menos, si me preguntas a mí.

Aquí soy más contundente, ¿ves? Pero es que si hay algo que el 2022 me ha enseñado es que no hay nada como tener una casita propia y no tener que depender de redes sociales o algoritmos varios.

Aquí tú puedes diseñar, hacer o deshacer y hablar de lo que te resulte importante tanto a ti como a tu público. Y eso sin límite de caracteres.

Pero, claro, una página web también cuesta dinero. Y alguien tiene que hacerla, ¿no? Nunca vas a tener una web por 0€, eso desde ya. Incluso aunque te ates la manta a la cabeza y decidas hacerla por tu cuenta, tendrás que pagar tu nuevo dominio y hosting. Por lo que tendrás que calcular con gastos anuales. Aunque sean pocos.

Tendrás, además, que saber elegir un buen tema para WordPress y saber trabajar bien con plugins que te hagan la vida más fácil. Tendrás que dedicarle bastantes horas e ir con la mente abierta: habrá muchos momentos de frustración, pero serán compensados por aquellos pocos en los que las cosas salgan bien.

Piensa al diseñar (o mejor, antes) cuáles quieres que sean las páginas que se muestren en tu navegación. Y recuerda que tienes una herramienta como Canva a tu disposición para trabajar las imágenes que puedas necesitar para tu página web de escritora.

Hay tantos aspectos del diseño web en los que todavía quiero concentrarme y que quiero traerte en el 2023 que ni te imaginas. Para que dejes tu web de escritora a punto.

 

Conclusión: crea una marca personal coherente

Nadie ha dicho que sea poco trabajo. O que sea fácil. Pero saber qué es la marca personal te ayudará a trabajarla y ponerla a punto. Ya has visto que son pocas cosas las que la engloban. Pero, ante todo y lo que no puedes olvidar es la coherencia.

Sé que tú eres escritora. Y que lo que quieres es darle a la tecla. Lo sé. Pero, para ser escritora, también tienes que vender libros. Y me refiero al hecho de venderlos para poder escribir más.

En el mundo actual ya nadie va a hacer el trabajo por ti. Ni siquiera si das el bombazo con una editorial internacional. El marketing y el trabajo de promoción vas a tener que hacerlo tú. Al menos, a largo plazo.

Y para eso pocas cosas hay que ayuden más que una marca personal coherente que apoye todo lo que eres y quieres mostrar.

No dudes en seguirme en Instagram si quieres consejos más cortos sobre diseño web y todo lo que engloba tu marca personal.

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